El corazón duele y la piel sangra, la tortura verdadera no es el dolor al cuerpo.
Pasan los días del olvido, tu olvidas, ellos olvidan, vosotros olvidáis
y yo no conjugo junto a ustedes el "yo olvido",
Perdí el sentido del tiempo y del espacio, y también me perdí a mi misma.
Prometo que cuando crezca aprenderé de esta experiencia...
y mientras maduro: ¿que hago?
Desde mi tamaño no se entiende de olvido, ni silencio,
ni de cambiarte por otro y menos aún cambiar yo.
Ya no quiero este cuerpo ni esta vida,
levito y me veo a lo lejos...
que sola esta esa.
MD
Mayo 8 de 2006
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